Blog de Naturaleza, especialmente flora, con fotografías tomadas en distintas excursiones, incursiones, ascensiones o viajes. Además, según sople el viento, puedo transitar otros caminos
*Lo mejor de las ciudades es el paisaje humano* Certera valoración, Vicente. Estoy totalmente de acuerdo contigo. A mí lo que más me mueve a la hora de ir a/ver la CIUDAD, toda ciudad, es ese paisaje humano que tú dices. No otra cosa, de entrada: esas gentes, los mundos de esas gentes (las gentes de esos mundos), toda la gente en su, de algún modo, latido ciudadano COMÚN. Y esos individuos en concreto, esa PERSONA ahí mismo, justo al lado, o al lado "DE-lo-de-lado". Y a poder ser, una vez ya metidos en el meollo de ese PAISAJE (humano), entrar en él y precisamente dejarlo como tal, y ver precisamente que ese paréntesis se nos abre, pues eso: en lo HUMANO. Implicarse mínimamente en esa humanidad de la ciudad, aunque sólo sea desde el fugaz contacto-saludo con el vinatero del garito en el que acabamos de entrar (su palabra-su voz, su gesto, su expresión su mirada... y alguna palabra más); o simplemente ese camarero que nos atiende, o esa señora a la que antes de cruzar nosotros la calle le preguntamos " ". Y más, y más gente-s, y no parar de observar. No hay nada que a mí no me entretenga más, por ejemplo, que sentarme en el banco de un plaza o de un paseo bien concurrido y transitado, o en una terraza (que no sea muy selecta en lo caro, claro), y ¡venga! "cigarrillo" observador (y hasta sugerentemente alcahuete, por qué no) y ¡aquí me las den todas!, porque ahora sí estoy viendo y sintiendo CIUDAD, porque ya soy también yo un poco ESA ciudad. Y siempre la MIRADA: la mía, las OTRAS miradas... que pasan, o impactan un micro-instante en la tuya. El PAISAJE humano, de entrada, y luego el "pasaje" HUMANO, de salida. Lo de menos para mí en una ciudad es que sea especialmente "multicultural y multidiversa" (aunque lo tengo muy en cuenta), porque lo que más me importa es la GENTE, que, por el mero hecho de ser gente ya implica lo personalmente diverso en sí mismo. Acaso si señalamos en interés ese tópico-típico de lo "multiétnico" o "multicultural" o COMO-SE-DIGA, por muy pocholos que nos pongamos en lo universalmente SENTIMENTAL, en el fondo, efectivamente, y siempre de ENTRADA, estamos haciendo referencia a ello sólo en cuanto PAISAJE, pero es que, y otra de vez de salida, luego es cuando vemos y sentimos LO humano: si no "la hora", sí al menos el MOMENTO de lo humano. Sí, "el paisaje humano", del que tú hablas. Estamos de acuerdo y nos entendemos. Mis matices (una vez más en lo excesivo y rebuscado), son lo de MENOS. No hay nada más triste que una ciudad (por el día) vacía o casi vacía. No digo de noche, porque la noche es la noche, ya para espíritus tristones, como felizones. Que en un momento dado estamos en un museo solos o prácticamente solos, eso puede ser un auténtica deleite. Pero eso, aunque nos choque, ya no es la CIUDAD. ¿Qué o quién nos ha metido ahí dentro? La ciudad no. Aunque ello existe gracias a ella, para sublimarse ella misma en lo bello. O sea, la ciudad, ahora sí, en el sueño de ser otra cosa, otro mundo más ...*
-No conozco París, capital de Europa por excelencia, y casi del mundo, por excedencias. Me gustaría. Envidia. Un día.-
*Lo mejor de las ciudades es el paisaje humano*
ResponderEliminarCertera valoración, Vicente. Estoy totalmente de acuerdo contigo. A mí lo que más me mueve a la hora de ir a/ver la CIUDAD, toda ciudad, es ese paisaje humano que tú dices. No otra cosa, de entrada: esas gentes, los mundos de esas gentes (las gentes de esos mundos), toda la gente en su, de algún modo, latido ciudadano COMÚN. Y esos individuos en concreto, esa PERSONA ahí mismo, justo al lado, o al lado "DE-lo-de-lado".
Y a poder ser, una vez ya metidos en el meollo de ese PAISAJE (humano), entrar en él y precisamente dejarlo como tal, y ver precisamente que ese paréntesis se nos abre, pues eso: en lo HUMANO. Implicarse mínimamente en esa humanidad de la ciudad, aunque sólo sea desde el fugaz contacto-saludo con el vinatero del garito en el que acabamos de entrar (su palabra-su voz, su gesto, su expresión su mirada... y alguna palabra más); o simplemente ese camarero que nos atiende, o esa señora a la que antes de cruzar nosotros la calle le preguntamos " ". Y más, y más gente-s, y no parar de observar. No hay nada que a mí no me entretenga más, por ejemplo, que sentarme en el banco de un plaza o de un paseo bien concurrido y transitado, o en una terraza (que no sea muy selecta en lo caro, claro), y ¡venga! "cigarrillo" observador (y hasta sugerentemente alcahuete, por qué no) y ¡aquí me las den todas!, porque ahora sí estoy viendo y sintiendo CIUDAD, porque ya soy también yo un poco ESA ciudad. Y siempre la MIRADA: la mía, las OTRAS miradas... que pasan, o impactan un micro-instante en la tuya.
El PAISAJE humano, de entrada, y luego el "pasaje" HUMANO, de salida. Lo de menos para mí en una ciudad es que sea especialmente "multicultural y multidiversa" (aunque lo tengo muy en cuenta), porque lo que más me importa es la GENTE, que, por el mero hecho de ser gente ya implica lo personalmente diverso en sí mismo. Acaso si señalamos en interés ese tópico-típico de lo "multiétnico" o "multicultural" o COMO-SE-DIGA, por muy pocholos que nos pongamos en lo universalmente SENTIMENTAL, en el fondo, efectivamente, y siempre de ENTRADA, estamos haciendo referencia a ello sólo en cuanto PAISAJE, pero es que, y otra de vez de salida, luego es cuando vemos y sentimos LO humano: si no "la hora", sí al menos el MOMENTO de lo humano.
Sí, "el paisaje humano", del que tú hablas. Estamos de acuerdo y nos entendemos. Mis matices (una vez más en lo excesivo y rebuscado), son lo de MENOS.
No hay nada más triste que una ciudad (por el día) vacía o casi vacía. No digo de noche, porque la noche es la noche, ya para espíritus tristones, como felizones.
Que en un momento dado estamos en un museo solos o prácticamente solos, eso puede ser un auténtica deleite. Pero eso, aunque nos choque, ya no es la CIUDAD. ¿Qué o quién nos ha metido ahí dentro? La ciudad no. Aunque ello existe gracias a ella, para sublimarse ella misma en lo bello. O sea, la ciudad, ahora sí, en el sueño de ser otra cosa, otro mundo más ...*
-No conozco París, capital de Europa por excelencia, y casi del mundo, por excedencias. Me gustaría. Envidia. Un día.-
HASTA*AHORA.