Excursión en familia para disfrutar con los colores del otoño en el valle de Pineta
En nuestro viaje hacia Bielsa, el segundo destello de colores otoñales, después del soto del Cinca en el Puente de Las Pilas, tiene lugar junto al río Susía junto al Mesón de Ligüerre. Al fondo, Tres Sorores y Tres Marías. Detrás está Pineta
Foto de familia -de dcha. a izda.: Marina, Mar, Violeta y José Vicente- que nos hizo Dani
Ya estamos en el hayedo de Pineta, y nos dirigimos al valle colgado de Lalarri con la juventud en cabeza
Manto de hojas caídas de haya entre las que asoma una hoja trifoliada de fresal
Los hayedos tienen un algo, digamos indefinible, que cautiva
Distintos tonos en las hojas de un haya en contraste con la austera ladera del fondo cubierta de derrubios rocosos
Cascadas de Pineta, despeñándose desde el circo de Marboré
Ejemplar femenino de acebo (Ilex aquifolium), que abunda en Pineta
El otoño está algo avanzado en cuanto a colores, pero cuando se mezclan los distintos tonos y tipos de árboles el resultado es impactante
Aún quedan algunas plantas en flor, como esta Campanula trachelium
Bosques de Pineta vistos desde el camino hacia Lalarri. Una maravilla
El Cinca, poco después de su nacimiento en el circo de Marboré, baja encajado entre las calizas
Otra imagen del espectáculo que brinda el otoño en el valle de Pineta
Fresal (Fragaria vesca)
Camino adelante hacia Lalarri
Los colores más vivos los aportan los abedules (Betula pendula)
Los arces (Acer opalus) pueden llegar a ponerse completamente rojos, aunque este día no vimos aquí ninguno en su máximo esplendor
Frutos tóxicos de belladona (Atropa belladona)
Cascada bajo el valle colgado de Lalarri, sus aguas brincando entre las rocas rojizas del permotrías (250 millones de años de antigüedad)
El valle de Pineta va quedando abajo, y por encima de él se alzan los paredones calcáreos de Tres Marías
Asoman el Cilindro de Marboré (3.325 m) y una esquinita del glaciar de Monte Perdido
Abedules flameando en el hayedo-abetal
Llegamos a los pastos de Lalarri, donde quedan aún algunos azafranes bravíos (Crocus nudiflorus) en flor. Como se ve, les gusta el suelo estercolado
Algo de nieve reciente y un extremo del glaciar del Monte Perdido, en el alto circo de Marboré
Contraste entre la frondosidad multicolor del bosque y la severidad mineral de roca, agua y hielo
Llanos de Lalarri, a unos 1.650 m de altitud, donde abundan los rosales silvestres. Las crestas del fondo son fronterizas y limitan con los circos de Troumouse y Estaubé. Destaca la mole blanquecina de Peña Blanca, de 2.906 m de altitud. El cielo lleva cubierto todo el día, poco propicio para sacar bien los colores otoñales
Otra mirada sobre el bosque hacia el Balcón de Pineta y el circo de Marboré
Torrente de Lalarri, que nace en los lagos homónimos situados al pie de Peña Blanca. Este valle colgado albergó un lago de unos 40 m de profundidad que duró unos 30.000 años y se formó en la fase de retirada de los hielos durante la última pulsión glaciar (desde 40.000 años b. p. hasta 11.000 años b.p.). Para saber más: http://www.igme.es/LibrosE/GuiasGeo/ordesa_sp/index.html#139/z
Avispa alimentándose de las últimas flores de Saxifraga aizoides
Phyteuma orbiculare
Retazos de hayedo y pinar con boj y enebro rastrero en la ladera occidental de Lalarri
Bloques de distinta naturaleza rocosa en el fondo del valle de Lalarri
Capítulo de Leontodon duboisii, planta de suelos higroturbosos
Nódulo de sílex, con sus correspondientes líquenes silicícolas, incrustado en un bloque de roca caliza
Cápsula seca de Aconitum napellus
Otra imagen del valle de Lalarri
Veo una lagartija colarse bajo una piedra y me digo: si levanto la piedra y soy rápido, la tengo. Y aquí está, un tanto descolorida, ¿no?
Variedad de cantos rocosos en el lecho del río
Cápsula abierta de Vincetoxicum hirundinaria mostrando las semillas con su vilano algodonoso
Estratos plegados en las crestas calizas del flanco occidental de Lalarri
Lalarri, mirando hacia su convergencia con el valle de Pineta
Toca volver, y seguimos admirando el espectáculo otoñal que nos brindan los bosques de Pineta
Escogemos para la vuelta a la pradera el itinerario de Las Cascadas
Que se suceden una tras otra
Con tramos de rápidos vertiginosos, toboganes más bien
Aguas prístinas que erosionan sin cesar las rocas rojas del permotrías
Las rodillas sufren en el descenso, pero merece la pena
Una de las últimas cascadas antes de llegar al fondo del valle de Pineta
El hayedo-abetal salpicado de pino albar y abedules
Retoño de Acer platanoides
¡¡Batalla de hojas !! (incruenta, o casi)
Preciosas fotografías con lindos colores de otoño. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Teresa, saludos
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