Muros de piedra seca al inicio de la senda
Erebia euryale, hembra, 1750 m
Erebia euryale, cara superior
La Peña del Hombre al anochecer, con Tres Sorores al fondo
Subiendo a la cresta, Peña Montañesa al fondo
Herbazales de Molinia caerulea, 1800 m
Edelweiss (Leontopodium alpinum), 1750 m
Gentianella ciliata, 1750 m
Comienza la caminata a las 8:30 por las crestas meridionales
Los Llanos de Castillo Mayor con Succisa pratensis
Cuaderno y boli, herramientas imprescindibles para registrar lo que veo
Anochece sobre el valle del Cinca
Peña de Otal, Tendeñera, Sabocos, por el oeste
Las chovas graznan al atardecer. Tres Sorores al fondo
Los gordos frutos de Lilium pyrenaicum en un agujero del karst
El quebranta, compañero de los buitres
Borderea pyrenaica, excavé hasta dar con el xilopodio
Gracias*Vicente, una vez más.
ResponderEliminarVerdadera y buena crónica "fotográfica" de lo que has visto, y digo "fotográfica" (¡OH TUS OJOS, que todo lo ven!) no precisamente por la interesantes y bellas fotos que nos has colgado en este web-blog sino por la propia descripción desarrollada a lo largo de tu detallada y bien conducida escritura que ha acabado conformando este TEXTO en cuestión. Como siempre, colorida y sutil riqueza de vocabulario y oración* a la hora de saber mostrar, como tan pocos saben hacerlo, los múltiples y variados matices de toda presencia, de todo elemento y esencia que ahí mora y "enamora", ahí en esa abierta "REAL*idad" (en lo amplio, en lo más puntual y detenidamente concreto) de todo espacio NATURAL, siempre especial y "especialistamente" por tu parte, para esos mundos a la vista de lo que la MONTAÑA es y nos OFRECE.
Echo de menos, acaso, un poco de ambientación y reflexión INTERIOR (DE TU interior), algún que otro detenimiento elemental y de simple "flash" de espíritu, en lo que a observación de vivencia y descripción más sugeridoramente subjetiva y PERSONAL pudiera referirse, aunque sólo sea por romper un poco, por momentos, con el continuom del poder abarcador de tus lineales sintaxis que, no dejan de ser, por otra parte, verdaderos testimonios en sintonía y sostenibilidad con esa NATURALEZA que se pone a dejarse ESCRIBIR, y se supone siempre a DES-cubrir. Acaso, para dotar a ese total ambiente de NATURA a tu alrededor con algo más de proyección humana y personal, y no al revés, es decir, con ese diluirse y dejarse absorver (lo humano y lo personal) por el ánima de toda esa grandeza y PUREZA natural. No obstante, todo esto es perfecta y maravillosamente detectable en tus haceres y en tus vivencias observadoras, es decir, en tu persona, pero ello es más fácil para quien te conoce bien y sabe que, tras los lineales detenimientos descriptivos tan típicamente tuyos, habita ese ÁNIMO de espíritu tan personal que definitivamente lo inunda todo a su alrededor. Así pues, yo, personalmente, por encima de todo, más ahí de esa naturaleza (su belleza) que traes a nuestro ojo lector, veo al propio J.Vicente en puro espíritu que proyecta no otra cosa que: belleza HUMANA.
Por cierto, la mejor FOTO de tu reportaje, para mi, la de las sueltitas chovas posadas en el recorte de la cresta del Castillo Mayor con la Tres Sorores al fondo, en esa luz del atardecer. Luz y quietud mágicas, que lo son, por ser tan HUMANAS*, y no por ser otra cosa. Síntesis en espíritu de este magnífico texto, que es, de nuevo, otro REGAlO más para nosotros, Vicente.
Hola.
ResponderEliminarTu relato (+fotos) sobre tu escursión a Castillo Mayor es precioso. Si algún día te apetece compartir tu excursión a Castillo mayor o alrededores, háznoslo saber a asociaciondepuertolas@hotmail.com