Una San Sebastián urbana, playera y surfera, pero también vista con ojos de naturalista. En compañía de Marina, Violeta y Pau
La Concha y el Monte Urgull
Ejemplar joven de gaviota patiamarilla en la Zurriola
Tiempo perfecto para escapar del agobiante calor habitual de julio en casi toda la Península
Silene dioica casi a nivel del mar
El Cantábrico
Edificios del Paseo de La Concha-Miracontxa Pasealekua
Hacia el palacio de Miramar por el túnel peatonal
Polipodio arraigando como epífito en un árbol de la avenida Ategorrieta Iribidea
Pie de una farola junto al río Urumea
El puente de Maria Cristina sobre el Urumea
En el parque Cristina-Enea hay muchos rincones con elementos de la flora silvestre, como Circaea lutetiana
Osmunda regalis, el helecho real
Más helechos del parque: Polystichum setiferum, fronde vista por el envés
Árbol de las pelucas (Cotinus coggygria), oriundo del SE de Europa y Asia
Más árboles del parque Cristina-Enea: Metasequoia glyptostroboides, originaria de una reducida área en China
Ejemplares de secuoya roja (Sequoia sempervirens)
Palacio del Duque de Mandas, que alberga la sede del Parque Cristina-Enea
Cola de macho de pavo real
Pava real con pavitos
Inflorescencia de Gunnera sp. (Gunneraceae), hierbas robustas a menudo gigantes
Rincón con helechos arborescentes y Woodwardia radicans
Fronde de Woodwardia radicans
Helechos arborescentes de la familia Dicksoniaceae y plantas de Gunnera
Excursión a Hondarribia, en la desembocadura del Bidasoa
Escudo en Hondarribia
Calle de Santiago, Hondarribia
En la puerta de la consulta de un dentista, Hondarribia
Típico elemento atlántico, el helecho Asplenium scolopendrium
Acantilados junto a Saint-Jean de Luz
Erica vagans
Saint-Jean de Luz, al fondo las Peñas de Haya o Les Trois Couronnes (835 m)
Playa de Saint-Jean de Luz. Al fondo, La Rhune (Larrun), de 905 m de altitud
De vuelta a Donostia y el Cristina-Enea, flora autóctona: Hypericum tetrapterum
Hypericum androsaemum
Flora introducida: Oenothera rosea
Acer palmatum, el arce palmado japonés
El llamativo helecho Onoclea sensibilis (Woodsiaceae), nativo de Asia oriental y América del Norte, en un rincón muy umbrío del parque
Frutos comestibles de Cornus mas
Magnífico ejemplar de cedro
Tilo de hoja pequeña (Tilia cordata)
Taxodium ascendens, conífera originaria del sudeste de Estados Unidos
Esta sí es autóctona, Jacobaea aquatica (Senecio aquaticus)
Por el Barrio Viejo de San Sebastián
Subiendo a Ulía
La ciudad, con sus playas y montes vistos desde Ulía
Crocosmia x crocosmiiflora
Un petirrojo (Erithacus rubecula)
Pau y Violeta en una zona de flysch con mucho hinojo marino (Crithmum maritimum)
Acantilados en el flysch cantábrico de Zumaia
Playa de Zumaia, ¡¡cómo atizaban las olas!!
Desembocadura del Urumea en San Sebastián
Marina cabalgando una ola
Recogiendo las tablas
La Peña del Ballenero en el Monte Ulía, atalaya desde donde oteaban el Cantábrico los balleneros en el siglo X
Liriodendron tulipifera, el tulipero de Virginia
Potentilla indica (Duchesnea fragarioides), cuyo fruto (soso) es comestible
Porción de costa mirando desde Ulía hacia Pasajes, con Quercus pyrenaica en primer término
Dryopteris dilatata en el monte Ulía
Detalle del envés en Dryopteris dilatata
Solidago virgaurea
Pau fotografiando el helecho común (Pteridium aquilinum)
Quercus rubra, el roble rojo nativo del C y E de los Estados Unidos
Y acabamos nuestra estancia donostiarra bajando del monte Ulía
Muy buenas fotos. Sólo un detalle: la gaviota no es cabecinegra, sino patiamarilla (Larus michahellis).
ResponderEliminarsaludos
Las fotos en las que contrastas paisajes cercanos con el pirineo me flipan. No se si son fáciles o difíciles pero un día te las pediré para decorar mi casa. Admiro tu sensibilidad.
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