Hoy se ha despejado la niebla a media mañana, aunque ha vuelto a espesarse al anochecer. Aprovechando la alegría que da el sol de invierno, nos hemos ido por la tarde Carlos Soler y yo a dar una vuelta por los sasos (mesetas) de El Tormillo, al sur de la comarca oscense del Somontano de Barbastro.
Sembrados verdes y sasos "arizónicos" hacia el sur, con la sierra de Sigena que cierra el horizonte
Hacia el norte, el Pirineo Central (macizo de Monte Perdido), con poca nieve. Hay unos 100 km en línea recta desde donde nos encontramos
Cárcavas que canalizan el agua de las escasas, pero a veces torrenciales lluvias
Cárcavas, sembrados y sasos, con el omnipresente Cotiella nevado al fondo
El Tozal de Guara (2.077 m)
La Val de Tomás, al norte de El Tormillo
En la umbría hay un carrascal con bastante boj (Buxus sempervirens), Thymelaea tinctoria, Ephedra major, Bupleurum rigidum y Salvia lavandulifolia
A la derecha, ejemplar aislado de sabina albar (Juniperus thurifera)
Gálbulos todavía sin madurar de Juniperus thurifera
Al norte en la distancia, bien reconocible, el pico más alto del Pirineo francés, el Vignemale
Sembrado bordeado de almendros y boj
La iglesia de El Tormillo con su mezcla de estilos
Otra mirada hacia el Sur
Inflorescencia seca de Marrubium alysson
Bonito ejemplar de carrasca (Quercus ilex subsp. ballota)
La Muela y las casas de Terreu. Anochece
Extremo sur, perforado, de la Muela de Terreu
Anochece sobre los campos y regresa la niebla, y por unos instantes la mirada se alza todavía hacia las nieves rosas del Cotiella
Anochecer en Terreu
Soledad, silencio
Una última mirada a la Muela de Terreu por su vertiente Este
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