Caminata por los montes de Estopiñán, buscando la cueva del Congost y recorriendo de paso los afloramientos de ofitas, con su flora tan peculiar
Ofitas muy erosionadas
Odontites luteus, planta hemiparásita, abunda en los claros del carrascal, sobre suelo seco
Escolecita en las ofitas de Estopiñán, un tectosilicato
Hermosas rosetas de escolecita sobre las ofitas de Estopiñán
El helecho termófilo Notholaena marantae subsp. marantae tiene sus únicas poblaciones oscenses conocidas en Estopiñán, donde se encuentra siempre en ofitas
Líquenes de las ofitas: Acarospora hilaris
Parmelia somloensis
Cálices de Sideritis romana
Micromeria fruticosa abunda al pie de los roquedos muy caldeados por el sol del mediodía
Más líquenes: Diploschistes ocellatus
Más imágenes de Notholaena marantae subsp. marantae en su hábitat
En algunos pedregales de ofitas, Notholaena marantae forma comunidad con Hyparrhenia sinaica, gramínea muy termófila, a 650 m de altitud
Hyparrhenia sinaica y Notholaena marantae
Ejemplar joven de Notholaena marantae. También pensé en un híbrido, pero no he encontrado referencias en la bibliografía
Asplenium petrarchae subsp. petrarchae busca, en las laderas orientadas al mediodía, las grietas protegidas de la insolación directa
Población de Asplenium petrarchae subsp. petrarchae
Aerinita, mineral de la familia de los silicatos que se formó en las ofitas por procesos hidrotermales. Se empleó en la Edad Media como componente de los pigmentos azules usados para decorar los frescos de algunas iglesias románicas, como las de Boí-Taull
Lecidella carpathica, Caloplaca irrubescens, etc.
En los yesos triásicos aparece el matorral gipsófilo, cuya especie más característica es Ononis tridentata
Hyssopus officinalis es una de las plantas medicinales más apreciadas en la Litera y Baja Ribagorza. Su cocimiento se usa para curar las bronquitis, y doy fe de que funciona
Mántido con una presa sobre Cirsium odontolepis
Artemisia caerulescens subp. gargantae vive en suelos algo salinos con humedad estacional
Muros de ofitas en ladera de yesos rojizos del Keuper
Petrorhagia prolifera (Caryophyllaceae)
Alyssum serpyllifolium, que suele estar en flor en mayo-junio
Frutos del espantalobos (Colutea arborescens) en el claro de un quejigal
Senda poco transitada hacia el barranco de Foradada, donde se encuentra la cueva del Congost, a la que llegué dando un largo rodeo
Phyllirea angustifolia (Oleáceas) es de hoja perenne y vive en puntos abrigados de los Somontanos oscenses
Quejigal (Quercus faginea e híbridos) en el barranco de Foradada de Estopiñán
Poliporácea en la base del tronco de un viejo quejigo
Cercanías de la Cova del Congost
Plumbago europaea, planta nitrófila que se encuentra en los barrancos y entrada de los covachos frecuentados desde antiguo por las cabras
Cova del Congost. En las paredes vi hiedra, Parietaria diffusa, Sarcocapnos enneaphylla y Antirrhinum molle
Desde el interior en la Cova del Congost de Estopiñán
Paredes de la Cova del Congost
El barranco de Foradada desde la entrada de la Cova del Congost
Calamintha nepeta subsp. sylvatica en el ambiente sombrío, nitrificado y boscoso del barranco
Bonetero (Euonymus europaeus)
Cerezo de Santa Lucía (Prunus mahaleb)
Lúpulo (Humulus lupulus)
Acer campestre
Y acabo con un cardo que no es nada raro en los barrancos del Somontano oriental oscense, Cirsium odontolepis
Muy chulas las fotos de los minerales. La botánica abre el camino a la geología y a la zoología, entre muchas otras cosas, y en este reportaje se ve claro. Un abrazo.
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