En la entrada de hoy al blog quiero mostrar algunos detalles de la naturaleza que tengo cerca de casa y de cómo, al mismo tiempo, ésta es agredida continuamente.
El cerro de Santa Quiteria es una muela plana, o cerro testigo, de las que rodean Monzón. Su estrato superior lo forma una antigua terraza fluvial del río Cinca, con 1 millón de años de antigüedad, que se depositó sobre capas de arcillas y areniscas terciarias. El cerro se eleva unos 100 metros sobre la llanura circundante.
Subiendo al derecho hasta alcanzar la zona marcada en rojo, podemos encontrar flora interesante en los bloques desprendidos de la parte superior, con helechos poco frecuentes como Asplenium petrarchae y Cheilanthes acrostica.
En el techo que se forma bajo la paleoterraza (marcado en rojo en la imagen anterior), hay puntos por donde rezuma agua, señalados fielmente por otro helecho, el culantrillo (Adiantum capillus-veneris), típico de las fuentes. Además, me llaman la atención los musgos, que fotografío y de los que recojo muestras, que mando para su determinación a Patxi Heras, de Vitoria (gracias!!).
En la imagen, esporófitos de Bryum torquescens
En la imagen se aprecian las "rosetas" de Bryum torquescens, en primer término, y el césped denso de Gymnostomum calcareum, que ocupa buena parte del techo. Esta especie no produce propágulos.
El techo rocoso en el que se aprecian los cantos rodados y el césped de Gymnostomum calcareum
Y ahora lo que me enfada. La basura arrojada inconsciente y estúpidamente por todos nuestros montes. Tirar los desechos ladera abajo es una de las costumbres más arraigadas por estas tierras
Otros lugares donde se acumulan toneladas de basura son los campos de tiro (aquí, el de Santa Quiteria). Ya que están en plena naturaleza, podrían limpiarse de vez en cuando
Triste aspecto de la Fuente del Saso, la única que tenemos en Monzón. Taponada por la basura, inundada, y pintarrajeada. Imposible echar un trago o llenar una garrafa de agua
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