Monzón, 8 de diciembre

Aprovecho la tarde soleada para campear un rato cerca de casa, hacia el cerro de Santa Quiteria, en la zona de sasos que hay al sur del castillo de Monzón. Desde que se disipó la niebla hace unos cuantos días los mediodías son tibios y las noches frías. La noche pasada ha tenido lugar la primera helada del otoño, y en la de hoy seguro que va a helar también, pues la luna, casi llena, está rodeada por un gran halo.

Aun así, todavía se ven algunas flores en el monte.

(Al final no ha helado, pues hoy día 9 nos hemos levantado, de nuevo, con niebla "prieta").

Bloques de conglomerado desprendidos del estrato superior del saso de Santa Quiteria, en su ladera sur. Corresponde a la paleoterraza superior del Cinca, que nos indica por donde fluía el río hace 1 millón de años

En las oquedades de estos bloques de conglomerado encontramos algunos helechos termófilos, como Asplenium petrarchae, reconocible por la forma de las pinnas y su glandulosidad

Otro helecho raro en la provincia de Huesca: Cheilanthes acrostica. Aquí, en la cara de una roca que mira al oeste

Otro ejemplar de Cheilanthes acrostica en una oquedad sombreada y protegida

El estrato superior de los cerros que se encuentran a ambos lados del Cinca en Monzón se depositó sobre niveles constituidos por areniscas y arcillas, más erosionables. A lo largo del tiempo sus bordes se han ido resquebrajando, desparramándose grandes bloques por las laderas. En esta paleoterraza vive Cheilanthes acrostica

Solazándose bajo los riscos con los tibios rayos de la tarde

Todavía con algunos capítulos en flor, el té de roca (Jasonia glutinosa)

Sasos de Monzón al atardecer, hacia el sur, con la ermita de la Alegría al fondo

El sol ya se ha puesto, llega la noche